Imagen o poder, disyuntiva falsa
Desde antes de asumir la formalidad gubernamental, Calderón ya había optado por materializar una inaugural pretensión: robustecer su debilitada legitimidad con espectaculares acciones de fuerza.
Desde antes de asumir la formalidad gubernamental, Calderón ya había optado por materializar una inaugural pretensión: robustecer su debilitada legitimidad con espectaculares acciones de fuerza.
Parecería que la reforma del Estado, tan esperada durante tanto tiempo y siempre postergada, finalmente va; pero es un decir. No hay ningún indicio de que las fuerzas políticas del país realmente estén en condiciones de emprenderla, suponiendo que la quieran.
Vivimos una etapa crucial, en la que se va a decidir nuestro destino y nuestra viabilidad como nación. Esa polarización entre derecha e izquierda a la que antes me refería, creo, es el mayor problema al que nos enfrentamos hoy y debemos darle un cauce que no nos conduzca al abismo.
Una vez que Felipe Calderón "reformó" la Ley del ISSSTE, sin consenso y con pura mayoría aritmética, Miguel Angel Yunes decidió que había llegado el momento de actuar en "beneficio" de la institución.
El fracaso de Calderón, del que hablan todos los analistas de la derecha, pues está llevando a un enfrentamiento al interior de Acción Nacional, deriva de dos circunstancias.
El gobierno federal ha decidido poner distancia con la conmemoración del Día del Trabajo. El presidente Calderón no asistirá a los actos públicos que marcan esta jornada, pues dice que es de los trabajadores y no una celebración para el gobernante en turno.
Una de las novedades del régimen del presidente Vicente Fox fue cancelar, en la Ley Federal del Trabajo, tres días festivos, con el pretexto de que provocaban los famosos puentes. A esos efectos se reformó el artículo 74, estableciendo que el descanso se otorgaría en el lunes o viernes más próximo.
Los resultados de las elecciones presidenciales en Francia reubicaron el debate político en el contexto de 2 proyectos claramente definidos a la derecha y la izquierda, corrigiendo así el desliz de los comicios de 2002 que colocaron al candidato de la extrema derecha en segunda posición.
En Monterrey sólo hay dos climas: el verano, que dura seis meses, y los Garza Sada que duran todo el año. Es ese clima el que desde hace décadas ha hecho posible derrotas históricas para los trabajadores, retrocesos en los avances sociales conseguidos por los gobiernos.
Si la política es en buena parte lo que hacen los políticos, está cada vez más envuelta por su propia ineficacia. En ocasiones parece la imagen de un perro dando vueltas sobre sí mismo al tratar de morderse la cola.
Con la llegada de la democracia y la erosión de las formas autoritarias del Estado, la complejidad social y la diversidad cultural se apoderan de la vida pública y cotidiana. La complejidad empieza a ser vista como un desafío a la gobernabilidad que se quiere democrática.
El escenario de caos institucional en que se hunde el país no es consecuencia tan sólo de la ineptitud del gobierno de facto de Felipe Calderón, sino que es, sobre todo, la expresión de una estrategia definida por los intereses trasnacionales.
De acuerdo con el artículo 32 de la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos, "los ascensos a los grados de coronel, general brigadier o de grupo, de brigada o de ala y de división serán conferidos por el Presidente de la República.
Los datos que dio a conocer el Instituto Federal Electoral por conducto de la Comisión de Fiscalización y Prerrogativas, es un fuerte y contundente indicador de la pobreza conceptual y banalización del quehacer político en nuestro país.
Esa fama positiva de la Ley Federal del Trabajo se ha ido perdiendo al paso de los años, desde luego porque las condiciones de trabajo que integran el derecho individual resultan ya más que escasas, como es el caso, entre otros, de los salarios mínimos y de las vacaciones.
En un sistema deformado como el actual, los partidos políticos en México no tienen vida democrática interna, violan constantemente sus estatutos, son pragmáticos y no ofrecen perfiles políticos e ideológicos distintos.
"No se puede hablar de desterrar el odio y la violencia", dijo Carmen Aristegui, "cuando los abusos documentados por un organismo internacional no han sido aclarados ni castigados... ¿Cómo se va a expresar la inconformidad social, que no fue resuelta, sino únicamente acallada?".
Las elecciones de 2006 han abierto un periodo -que seguramente será largo- de acomodo entre las fuerzas políticas y sociales del país. Esos acomodos a partir de confrontaciones inter-partidistas y movilizaciones sociales están configurando desde ya tres posibles escenarios de salida.
Ernesto Zedillo Ponce de León se fue "limpio". Nadie lo acusa ni acosa. El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y Harvard lo adoran. Trabaja para los consejos directivos de las trasnacionales que favoreció como gobernante.
Si nos propusiéramos entender cuáles son las razones fundamentales por las que nuestros gobiernos funcionan tan mal, y ello con el sano fin de proponer soluciones viables, tendríamos que empezar por preguntarles a los actores, a los trabajadores mismos del gobierno, qué es lo que realmente sucede.
La aprobación fast track de la reforma a la Ley del ISSSTE, gracias a la convergencia del PRI con el gobierno, no está mal sólo porque echa en saco roto experiencias importantes de otros países pioneros en esta clase de modernizaciones.
La alternativa del "gobierno legítimo" fué una aceptación tácita de la derrota para permitir gobernar a la derecha, pues lo que AMLO considera que "negociar hubiera sido una traición" significaría haber reclamado la mitad de las decisiones en cada iniciativa legislativa o reforma.
Nosotros tenemos nuestra propia guerra. Las varias veces declarada por Vicente Fox Quesada y recientemente por Felipe Calderón Hinojosa en contra del narcotráfico. La acción de Fox fue de alcances limitados. La de Calderón se ve de gran agresividad.
La práctica social dice lo que muchos discursos ocultan: mientras el calderonismo aplica toda la fuerza del Estado para criminalizar a la disidencia social, la delincuencia organizada ejecuta, impone, desgobierna.
El PRD, como lo he dicho en varias ocasiones, es un partido electoral, por su nacimiento y por su vocación. No es, por lo tanto, una organización que haya sido concebida para definirse en favor de una clase social específica ni por el socialismo o cosa semejante.
No debe quedar la menor duda de que Andrés Manuel López Obrador justificará, como ya es un hábito, los insultos contra Cuauhtémoc Cárdenas en el acto convocado, el pasado 18 de marzo, para conmemorar el aniversario de la expropiación petrolera.
Si bien 100 días de gobierno son pocos comparados con los 2 mil 190 que suman los seis años de un sexenio, las acciones desarrolladas en ese lapso sí aportan datos, tendencias, agenda y prioridades de cada administración al comenzar sus funciones.
Las cualidades de gobernante que ha exhibido el presidente Felipe Calderón en estos sus días tempraneros tienen que ser extraídas a fuerza de elogios embutidos por sus apoyadores sobre un cuerpo de político mediocre.
La mejor evaluación de los primeros cien días de política agropecuaria de Felipe Calderón son las numerosas movilizaciones emprendidas por organizaciones campesinas. El accionar de los hombres y las mujeres del campo se ha dejado sentir fuerte en contra del proyecto rural calderonista.
La izquierda socialdemócrata en México debe hacer suya casi como consigna la siguiente frase de Tocqueville: Es casi tan peligroso para la moralidad humana despreciar un prejuicio por las molestias que origina, como abandonar una idea verdadera porque sea peligrosa.
Estamos como el paciente grave que no se muere ni se acaba de aliviar. En una especie de limbo político. Con libertad para votar, pero sin sistema jurídico que garantice el resultado. Con libertad de prensa, pero acosados por el fantasma de la represión.
Cuando Carlos Salinas de Gortari quiso adaptarlo a la ideología de su gobierno y a las políticas de alianzas que estaba siguiendo con el Partido Acción Nacional, el PRI comenzó a perder definición y carácter.
Una de las manifestaciones de la crisis de la izquierda mexicana, derivada del pragmatismo por el poder, de la pérdida de independencia ideológica y política, es la incapacidad de distinguir entre radicalismo y provocación.
En efecto, el ímpetu del PAN por conquistar mayores espacios de poder mantiene muy ocupados a los panistas, quienes sólo de vez en cuando adornan sus discursos con alguna cita de Gómez Morín �fallecido hace 35 años�, cuyo propósito fundacional era impulsar un cambio radical en México.
A golpe de decretos, acuerdos, pactos y conexos, el inquilino de Los Pinos aprieta el paso para aparentar que cumple con sus prometidas "cien acciones para los primeros cien días de gobierno".