De lo que puede llegar a representar Dios para un ateo
No aceptar dicha existencia representa, por el contrario, que todos los caminos son buenos, los que conducen a Jerusalén como los que conducen a Babilonia, y en definitiva que el único Dios es el propio hombre, y en cuanto tal, tiene derecho a desear cualquier cosa y a emprender cualquier camino