Las llaves de la felicidad
La palabra “felicidad” tiene un aire positivo en nuestras conversaciones, fiestas, propagandas comerciales, y todo tipo de circunstancia, asociándola generalmente al confort y bienestar.
La palabra “felicidad” tiene un aire positivo en nuestras conversaciones, fiestas, propagandas comerciales, y todo tipo de circunstancia, asociándola generalmente al confort y bienestar.
Los hombres de todos los tiempos se han preguntado una y otra vez por la felicidad, aunque tal vez nunca comprendieran qué es realmente eso de la felicidad. Y se han dedicado siempre a buscarla por todos los conductos y todos los medios.
El matrimonio supone la voluntad perpetua de enamorarse todos los días de la misma persona. Los matrimonios perfectos, sin embargo, no existen. Por eso una de las ideas fundamentales que debería estar en la mente de todos los que piensan casarse es que, tarde o temprano, habrá alguna pelea.
Generalmente, escribo para los hombres, pero esta vez creo que el asunto es interesante para las mujeres. Será muy valioso revelar para el sexo opuesto aquello que hace bien para el ser masculino, pues hay una enorme contribución que la mujer puede promover en nuestra vida.
Muchas veces los esposos tienen distintos campos de acción, ya sea en la familia, en la profesión fuera del hogar. No se ven durante muchas horas del día. Sin embargo, tienen contacto con otras personas, hombres y mujeres, y con ellos comparten sus intereses y planes profesionales.
Las aventuras ayudan a superar las crisis del matrimonio. Quien piense que una tercera persona representa el punto de equilibrio necesario para acabar con la rutina en la pareja habitual, está equivocado. Quizá al principio, el infiel se sienta más motivado o de mejor humor.
El sentimiento de culpa por algo que hemos hecho mal es como un aviso, igual que lo es, por ejemplo, el dolor físico, que nos avisa de que algo en nuestro cuerpo no anda bien. Es natural y positivo sentir culpabilidad por lo que hacemos mal.
La Iglesia proclama que si por la muerte el alma se separa del cuerpo, en la resurrección Dios devolverá la vida incorruptible a nuestro cuerpo transformado, reuniéndolo con nuestra alma.
Desde siempre, para la criatura humana la muerte es inevitable y permanece como libro cerrado. Y, ciertamente, como motivo de congoja e inquietud. Porque, si hay algo más terrible, es pensar que todo termina, es estar convencido de que todo termina para uno.
De camino, saliendo de Cesarea de Filipo hacia Galilea, Jesús comenzó a descubrir a los discípulos que Él debía ir a Jerusalén, sufrir allí muchas cosas de parte de los sacerdotes, de los escribas y de los jefes de la nación, que sería condenado a muerte, para resucitar al tercer día.
Las actuaciones demoniacas para con nosotros, son muy sutiles. Él nos conoce muy bien y sabe el instintivo miedo que tenemos al infierno, por ello trata de hacernos creer que él no existe, que tampoco existe el infierno y de existir este, se puede salir de él porque el castigo no es eterno.
El nadie conoce a nadie humanamente es un hecho que nos sobrepasa, en un mundo en el que todavía muchos pueblos no pueden expresarse libremente. Los hechos son los que son. Que cuánto más fuerte es la deshumanización más débil es la gobernanza democrática.
Notamos cómo la cultura del mal (de la muerte) se convierte en un imperio que conquista nuevas tierras. Cada vez el viral del mal como si multiplicara sus versiones en distintos ámbitos. La causa de todo esto es el mismo hombre.
El mundo se ha vuelto loco y desquiciado. Camina desnortado, en la opacidad y sin un futuro claro. El panorama global, individual, social, familiar, nacional e internacional es inquietante y para millones de humanos, desesperante.
Incluso personas con una intensa vida social también pueden sentirse a veces muy solas e insatisfechas: quizá porque su exuberante actividad puede ser superficial. Se dice que los dinosaurios se extinguieron porque evolucionaron por un camino equivocado
Es preciso respetar y tratar con humanidad a los no combatientes, a los soldados heridos y a los prisioneros. Las acciones deliberadamente contrarias al derecho de gentes y a sus principios universales, como asimismo las disposiciones que las ordenan, son crímenes.
En la narración de la Creación del mundo, el libro del Génesis nos señala con reiterada insistencia que Dios se complacía en todas las obras de sus manos: hasta siete veces repite el texto sagrado: "Y vio Dios que estaba bien".
El mundo actual está lleno de retos, uno de ellos es la salvaguarda de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural, en el seno de una familia constituida por un hombre, una mujer y los hijos. Hoy se niegan los principios fundamentales y se pone en duda la realidad más evidente.
El demonio, ha sido, es y sigue siendo, con más saña aún de la que podamos imaginar, nuestro principal enemigo, la raíz de todos los males que nos aquejan y el gran tentador e instigador de nuestras ofensas al Señor. Y lo es desde los primeros momentos de la vida de la humanidad.
El Evangelio es para todos. La buena nueva no está hecha para ser conservada en una urna de cristal en el centro de nuestros templos. La buena nueva está para ser anunciada, transmitida, comentada, asimilada y hecha vida. La buena nueva está para ensuciarse en los caminos de barro de la historia.
Las despedidas pueden ser duras. Cuando amamos a alguien que se marcha, hay siempre tristeza, particularmente desgarradora cuando ese ser querido se ausenta por muerte.
La tolerancia parece ser uno de los valores más cotizados en el mercado de la posmodernidad. En una época donde el relativismo ético se impone con una fuerza tan brutal como embrutecedora, la tolerancia -gran paradoja- parece ser el bien absoluto que debe buscarse y defenderse a toda costa
Lejos porque no lo reconocemos, lejos porque no creemos, lejos porque no le abrimos la puerta. Si tan solo por un momento permaneciéramos en silencio y lo invitáramos a entrar en nuestra morada, nuestras vidas se convertirían.
Alimentación orgánica saludable, centros de salud física, tomar varios suplementos vitamínicos, escapadas de vacaciones a hoteles exóticos, y muchos otros son todos intentos por mantener una buena salud corporal.
La división del tiempo, en años, meses y días, tiene algo de convencional. Hasta cierto punto nuestra vida es un continuo, sin que los momentos más significativos de nuestra existencia se ajusten, como por decreto, al ritmo del calendario. No obstante, el tiempo está ahí, marcando etapas.
El dolor es un reloj. Es algo lleno de ingenio que sirve para partir el tiempo en una enormidad de trozos pequeños, muy pequeños. Es algo realmente útil, porque con sus dos agujas divide las horas de alegría y las de abatimiento. El dolor puede ser muy perjudicial, si no se vive bien.
Esto es lo que muchos de nosotros pretendemos ser ., sobre todo en los años en que somos jóvenes y desde luego hasta muy entrada la etapa de adultos, pasado este periodo, pero más bien muy pasado, cuando se inicia la senectud, el hombre, no todos desgraciadamente.
El hombre manifiesta la grandeza de su libertad cuando transforma la realidad, pero también cuando sabe aceptar la realidad que día tras día le viene dada. «Cuando la conocí tenía 16 años. Fuimos presentados en una fiesta, por uno que decía ser mi amigo.
Tiempo hubo en que, conforme narran las Sagradas Escrituras, el pueblo judío recibió la amenaza de ser exterminado por el Rey Asuero. En ese momento crucial de su historia, entró en escena la reina Ester intercediendo junto al monarca por los suyos y obteniéndoles la salvación (cf. Est 3 - 7).
Será posible disponer un lugar sagrado "para la acumulación y conservación en común de las cenizas de los bautizados difuntos", es decir, un cinerario comunitario donde sean reservadas las cenizas individuales.
Si, Dios es simple. Sus Palabras y Sus mensajes también lo son. Simplicidad y sabiduría hacen de Sus cosas algo redondo, llano, perfecto. Es que al comprender la forma en que El se comunica con nosotros, el alma grita ¡como no me di cuenta antes!
¿Cambiará nuestra existencia? ¿Trabajaremos menos tiempo? ¿Qué pasará con el arte, literatura, la docencia? ¿Conviviremos con robots en un futuro no lejano? ¿Qué será del convivio humano? ¿Y nuestra relación con Dios? ¿Podría significar el fin de la raza humana?
Hay un texto del salmo 85 que se repite muchas veces en la liturgia de adviento y de Navidad. Dice así: La justicia mira desde el cielo y la fidelidad brota de la tierra. Sobre la primera parte ya hemos meditado hace poco pero la visión no quedaría completa sin hablar de esa fidelidad que brota.
Hace algunos días terminé el libro "La paz interior" de Jacques Philippe. Es un libro espiritual muy breve, con un lenguaje sencillo y lleno de enseñanzas muy hermosas sobre importancia de cultivar la paz espiritual en la vida cristiana.
Algo nos dice que no todo puede terminar en el presente. Amamos la justicia. Defendemos la igualdad como una conquista para una vida mejor. Buscamos cómo impedir la injusticia y reparar los daños de quienes la han sufrido.