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Para combatir prostitución, algunos apuntan a clientes


2008-04-27

Por Peter Graff

LONDRES (Reuters) - ¿Acaso les habría importado a los cientos de hombres que se acostaron con "Alicia" saber que era rehén de un traficante que la violaba y la prostituía, y que además estaba infectada con el VIH?.

"No creo que volverían. Si realmente supieran," dice la mujer ruandesa, quien fué llevada desde Africa a un departamento del sur de Londres y forzada a tener relaciones sexuales mientras su captor se quedaba con sus ingresos.

"Pero en última instancia no es algo que les preocupe: has pagado tu dinero, y has recibido aquello por lo que has pagado," dijo a Reuters, pidiendo que se use un pseudónimo en lugar de su nombre por temor a que quienes la explotaban la encuentren.

El aumento de la trata internacional de blancas está haciendo que muchos países vuelvan a examinar sus leyes sobre prostitución y revisen los marcos legales que durante décadas han tratado a la compra de servicios sexuales como un mal social o un "crimen sin víctimas."

La semana pasada, el Gobierno noruego propuso multar o encarcelar a los clientes de prostitutas hasta seis meses eN un intento por erradicar el tráfico de personas, señalando que la regla se aplicaría a sus ciudadanos en Noruega y el extranjero.

Estudios del Gobierno británico muestran que durante el 2003 hubo unas 4,000 víctimas de trata de blancas en ese país. Las cifras, según el Ministerio de Interior, han aumentado al menos tres veces desde 1998.

Los clientes que le pagaron a Alicia por sexo no violaron ley alguna en Gran Bretaña.

Los hombres pueden ser detenidos por "solicitar servicios sexuales" a prostitutas, pero pagar por sexo en un departamento privado no es un crimen. Para probar una violación, la policía debería demostrar que el cliente sabía que Alicia no tenía voluntad de tener relaciones sexuales.

Fiona MacTaggart, una ex ministra y miembro del Parlamento por el gobernante Partido Laborista, quiere cambiar esto.

"Los hombres que pagan por tener sexo con una mujer que ha sido traficada están básicamente pagando por una violación," dijo MacTaggart.

Ella pertenece a un grupo de miembros laboristas del Parlamento a quienes les gustaría reemplazar los castigos criminales para las prostitutas callejeras por programas de asesoramiento para sacarlas del negocio, y criminalizar el hecho de pagar por sexo.

El Ministerio de Interior de Gran Bretaña está estudiando leyes en otros países mientras lleva a cabo una revisión a corto plazo, a fin de ver qué puede hacerse para abordar la demanda de la prostitución.

El debate subió de tono a fines del 2006 después del asesinato de cinco prostitutas drogadictas cerca de la ciudad de Ipswich por un camionero, quien fué sentenciado a cadena perpetua en febrero.

Las propuestas de MacTaggart representan un cambio radical respecto de la idea anterior. Hace unos años, ella era parte de un Gobierno laborista que sugería que podría avanzar hacia la legalización de la prostitución.

Y a pesar de perder una batalla inicial por intercambiar las multas por la prostitución callejera por asesoramiento obligatorio en un proyecto de ley, MacTaggart dice que su lucha continua.

"No criminalizamos a las personas que venden un riñón. Criminalizamos al comprador" agregó.

MEZCOLANZA LEGAL

Quienes apoyan los esfuerzos por penalizar a los hombres que solicitan servicios sexuales quieren reducir la prostitución atacando la demanda en lugar de la oferta.

Según esta perspectiva, si los hombres supieran más acerca de la violencia que está asociada con el negocio del sexo y se enfrentaran a un riesgo de castigo más creíble, se verían menos tentados a pagar por sexo.

"En 15 años de entrevistas a prostitutas, no creo haber conocido jamás a alguna que dijera que nunca ha tenido las manos de un hombre en su cuello, o que la hayan amenazado con un cuchillo o golpeado o violado," dijo Roger Matthews, profesor de criminología de la Universidad de South Bank en Londres y autor del libro "Prostitution, Politics and Policy."

Suecia marcó una tendencia en Europa al declarar el pago por sexo ilegal en 1999. Los funcionarios del Ministerio de Interior de Gran Bretaña han viajado a países como Suecia para estudiar aquellas leyes.

Por toda Europa las leyes son variadas: en Holanda, famosa por el "barrio rojo" de Amsterdam, la prostitución es legal y la actividad callejera está confinada a zonas controladas, aunque la ciudad quiere revertir parcialmente la legalización completa implementada en el 2000.

Esto porque no ha conseguido su objetivo de sacar la profesión de las sombras y proteger a las trabajadoras sexuales.

Dinamarca legalizó la prostitución en 1999; la prostitución es legal en Alemania y está fuera de las calles, pero instar a la prostitución es un delito. En Francia, al igual que en Gran Bretaña, la práctica no es ilegal, pero prostituirse en una vía pública y el proxenetismo están penados.

El negocio prospera bajo una mezcolanza de restricciones que evolucionaron con los años: en Gran Bretaña los prostíbulos son ilegales, pero los "saunas" y los "salones de masajes," muchos de los cuales según la policía funcionan como fachadas para la prostitución, operan con licencias emitidas por las autoridades locales.

La sociedad británica ha sido tolerante con la prostitución durante tanto tiempo que tomará mucho para que los hombres comprendan que el negocio es perjudicial para las mujeres, dijo Matthews.

"El Reino Unido tiene una muy larga tradición establecida de que pagar por sexo está bien, es un derecho del hombre," explicó. Pero dijo también que nuevas investigaciones muestran que muchos hombres que visitan prostitutas no están altamente motivados, y podrían verse disuadidos por multas o la posibilidad de ir a la cárcel.

"Ellos dicen que es como comprar curry en el almacén. La motivación es en realidad mucho menor de lo que mucha gente asume. Pediriían servicios sexuales si estuviese ahí, de no estarlo se irían a hacer otra cosa," sostuvo.

"En realidad puede darse ese cambio el que la gente no piense más que pagar por sexo es una actividad legítima," agregó.

CONSENTIMIENTO

El hecho de que tantas mujeres traficadas sean forzadas a prostituirse ha inyectado al debate una urgencia adicional.

Naciones Unidas dice que una revolución en el acceso al transporte y lo instantáneo de las comunicaciones ha incrementado el tráfico en la última década, con un negocio que ahora es valorado en 30,000 millones de dólares.

Se estima que el 85 por ciento de las mujeres encontradas trabajando en prostíbulos británicos extranjeras, una situación opuesta a la de hace 10 años, cuando 85 por ciento de ellas eran ciudadanas británicas.

Hay mujeres que señalan que merecen el derecho a ofrecer sus servicios sexuales, y que detener a sus clientes sólo haría que el negocio sea más peligroso.

Amanda Brooks, una ex prostituta tejana y autora del libro "The Internet Escort's Handbook," se encuentra entre quienes se oponen a cualquier intento por criminalizar el negocio.

"Entiendo por qué las feministas quieren reducir la demanda. Soy muy comprensiva. Sólo pienso que hace falta ser un poco más realista. Incluso en Estados Unidos, donde la práctica está severamente crimina la oferta y la demanda de sexo, la prostitución todavía es una industria próspera," afirmó.

"Siempre habrá demanda. La pregunta es cómo se regula para que sea del modo más seguro para todos los que están involucrados. No creo que el mejor camino sea criminalizar a los adultos que obran según su propia voluntad," agregó.

No hubo consentimiento por parte de Alicia. Libre ahora después de meses de abusos, está tratando de sobrellevar su experiencia.

"Una siempre piensa: si hubiese sido más fuerte, si hubiese denunciado lo que me pasaba, si hubiese puesto el grito en el cielo, tal vez me habrían escuchado," sostuvo.

"Lo que pensaba entonces es que quería matarme. Pero ahora pienso que vale la pena estar viva," añadió.



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