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La riqueza del pulque heredó a México grandes haciendas


2007-04-29

De las corresponsalías, (Notimex).- El altiplano central mexicano, sobre todo la zona que cruza por los estados de Hidalgo y Tlaxcala, se caracteriza por su gran corredor de las haciendas pulqueras.

Este constituye un atractivo turístico-cultural y una aportación al campo del patrimonio industrial nacional.

El origen de las haciendas pulqueras de la región centro del país se remonta a la época de la Colonia, cuando fué clara la participación indígena en los elementos estéticos de las capillas y los cascos.

Así, las haciendas han sido durante años mudos testigos desde las andanzas de los tlachiqueros y la raspa de sus tandas hasta el proceso de fermentación, traslado, comercialización y consumo de la milenaria bebida de los antiguos mexicanos: el pulque.

"Agua de las verdes matas, tú me tumbas, tú me matas, tú me haces andar a gatas", reza el viejo pero cierto dicho popular, en alusión a los efectos embriagantes del pulque, bebida prehispánica que degustaron emperadores aztecas y los primeros españoles hacia 1516.

El pulque constituyó una de las riquezas del México antiguo durante siglos y dejó a la posteridad la infraestructura de las grandes haciendas que hoy integran una ruta cultural de gran atractivo, en medio de verdes magueyales y bajo la custodia de la diosa Mayahuel.

Antes de la llegada de los españoles, el octli o neutle sólo se tomaba en festividades especiales y en ritos en honor a Mayahuel, y aquél que desobedeciera la orden era castigado, pues los únicos que tenían la libertad de beberlo eran los viejos mayores de 60 años.

En la región hidalguense de Apan aún sobreviven las estructuras de haciendas pulqueras que hablan de la bonanza de otros tiempos, es el caso de Tochatlaco, Tepetates, Tepechichilco y Montecillo, que hoy constituyen el famoso corredor de las haciendas.

Asimismo, Tlaxcala se distingue por sus haciendas de Soltepec (La Escondida), Piedras Negras, El Rosario y Mazaquiahuac.

La hacienda de San Pedro Tochatlaco, ubicada en la carretera Pachuca-Ciudad Sahagún, municipio de Tlanalapa, Hidalgo, ya en desuso, cuenta con un impresionante tinacal, destilería e importantes magueyeras

Esta hacienda es una de las más antiguas del estado de Hidalgo, ubicada en una zona semiárida cuya nota predominante la dan las cactáceas y magueyeras, en planicies convertidas a tramos en suaves laderas o en cerros que sobresalen entre el paisaje.

La hacienda de San Antonio Tochatlaco, surgida a mediados del siglo XIX, es una de las pocas que sigue explotando la producción de pulque y está ubicada en el municipio de Zempoala, Hidalgo.

También está San Diego Tlalayote, en Apan, y se trata de una de las haciendas más atractivas de la región.

Los restos de bienes muebles que aún se conservan en el lugar, como tolvas para desaguar el jaguey de la hacienda y un bacón particular, tirado por tracción animal, fechado en 1904, hablan de la estrecha relación entre las instalaciones ferroviarias y el pulque.

La hacienda de Casa Grande, también en el municipio de Zempoala, constituye la excepción de la regla, pues se encuentra en un entorno urbano, en un terreno expropiado a la Iglesia en 1860, y fué el centro comercial de la región por aquellas épocas.

Otra hacienda notable es San Francisco Ocotepec, cedida en 1824 a Leona Vicario y a su esposo, Andrés Quintana Roo, como indemnización por el capital que la pareja donó al movimiento de Independencia.

En el municipio de Epazoyucan, Hidalgo, están las haciendas San Marcos, que data de la época Colonial, y Santa María Tecajete, con su soberbio casco virreinal restaurado por Antonio Rivas Mercado.

En Tepeapulco se ubica San Bartolomé de los Tepetates, que es uno de los cascos mejor conservados y data del siglo XVI.

En Tlaxcala, la hacienda de Soltepec se distinguió por su producción pulquera en el siglo XIX y después de la Revolución Mexicana pasó a manos del gobierno estatal y alojó la primera escuela normal mixta del país; también se le conoce como La Escondida, en donde se filmó la película homónima, con María Félix y Pedro Armendáriz.

La hacienda de Mazaquiahuac destacó por su producción de pulque en sus 32 especies, entre las más conocidas la del "macho manso", y alcanzó a producir más de dos millones de litros mensuales del prestigiado neutle.

Según investigaciones, las propiedades del pulque son relevantes en términos de proteínas, pues un vaso del también llamado "muchachero" equivale a dos bisteces; inclusive, en aquella época quien lo ingería no era necesario que comiera normalmente, ya que el neutle logra satisfacer el apetito".



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