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Razones por las que estudiar una maestría de negocios vale la pena


2010-08-05

Por Chad Troutwine, Dow Jones

Dicen que la disposición es la clave para el éxito empresarial. "Los empresarios nacen", explica el conformista. "No se hacen".

Consecuentemente, muchos aspirantes a empresarios tienen una visión negativa de los postgrados en negocios. Consideran que hacer un MBA es una pérdida de tiempo y dinero, recursos que podrían ser mejor utilizados en iniciar un negocio, por ejemplo. Otros tienen una visión aún más cínica y argumentan que una educación formal de negocios puede mermar la creatividad y sofocar la iniciativa.

Sin embargo, ahora ha surgido una nueva perspectiva. Los empresarios son personas que por definición asumen riesgos. Ya sea que buscan la capacitación académica relevante de un MBA, envidiables oportunidades para establecer contactos, condiciones del mundo real en un espacio experimental o el atractivo de competencias de planes de negocios, los aspirantes a empresarios apuestan a que el tiempo dedicado a un MBA es tiempo bien empleado.

Los planes de estudios de las escuelas de negocios han evolucionado, ofreciéndoles más valor a potenciales empresarios. Hasta la década de los 90, la mayoría de programas se enfocaba en capacitar a banqueros de inversión, consultores, gerentes de marca y otros profesionales. Sin embargo, ocurrieron cambios fundamentales entre los potenciales alumnos y empleadores. A medida que más y más personas optaban por el camino empresarial, empleadores corporativos comenzaron a apreciar una mentalidad empresarial en el trabajo. En respuesta, las escuelas modificaron sus planes de estudios para satisfacer las tendencias hacia esa mentalidad. Doctores, abogados, arquitectos y casi todas las otras profesiones liberales aprenden su oficio en el aula, con frecuencia en un postgrado.

No debe sorprender entonces que futuros dueños de negocios puedan beneficiarse de una ventaja académica similar. Estudios relevantes en contabilidad, finanzas, marketing, administración y estrategia de negocios ofrecen beneficios tangibles incluso para el más veterano. Por ello, las escuelas más prestigiosas ofrecen múltiples clases diseñadas pensando en el empresario en ciernes.

La mayoría de escuelas de negocios ofrece asesoría y servicios adicionales. En la Escuela de Administración de la Universidad de Yale, David Cromwell, el ex presidente ejecutivo del grupo de inversión de capital privado de J.P. Morgan, imparte un curso de un año sobre cómo escribir un exitoso plan de negocios y cómo lanzar una iniciativa empresarial sostenible. Por más de una década, cada año un alumno de su clase ha ganado la competencia universitaria de planes de negocios. La Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago dona espacio de oficina gratis en su campus a un grupo selecto de graduados y promueve nuevos negocios prometedores en la portada de su revista de ex-alumnos. Y cualquier estudiante puede dar fe de que los empresarios exitosos son los más buscados como oradores invitados en el campus, otro valioso recurso.

Los MBA ofrecen además una red de conexiones profesionales inigualable. Los programas más cotizados admiten entre 200 y 900 estudiantes cada año. Miembros de la misma clase desarrollan un vínculo tan cercano que puede durar toda una carrera. Los graduados tienen acceso a las experiencias compartidas de un grupo de profesionales extraordinarios. Una típica clase incluye a antiguos banqueros de inversión, futuros inversionistas de capital de riesgo (su fuente de capital), especialistas en marketing (sus gurus de marca), contadores (sus directores de finanzas), consultores (sus directores de estrategia) y otros ejes de la industria. Además, muchas escuelas forman parte de una gran red de universidades, lo que expande sus contactos. Las conexiones entre ex alumnos pueden servir también como promotores de su producto o servicio.

Las escuelas reúnen a cientos de estudiantes y decenas de profesores sumamente brillantes. Es difícil imaginarse un ambiente más idóneo para desarrollar un concepto de negocios. Las competencias de planes de negocios exigen una dosis de disciplina que puede mejorar las posibilidades de lanzar una empresa rentable. Los jueces de los concursos pueden ofrecer asesoría valiosa. Más aún, los ganadores obtienen una suma de dinero importante y atraen la atención de inversionistas de capital de riesgo.

Aunque no es garantía de éxito a futuro, un MBA es una evidencia de que quien lo ostenta es inteligente, disciplinado, tiene conexiones, es hábil con la tecnología, es elocuente y está al corriente de las prácticas de negocios.

La comunidad empresarial ha aprendido a valorar una buena educación en las aulas. Los graduados de las mejores escuelas ganan salarios iniciales más altos que sus contemporáneos en las escuelas de leyes y de medicina.

Si bien es cierto que un potencial empresario no necesita un MBA y que el costo de obtener uno nunca ha sido más alto, el argumento a su favor es aún atractivo ya que ofrece recursos y ventajas que simplemente no podrían obtener en otro lugar. ¿Qué capitalista que se respete se perdería esa oportunidad?

�Chad Troutwine es fundador y presidente ejecutivo de Veritas Prep, firma consultora para admisiones a MBA y de preparación para escuelas de postgrado.



iliana


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