Internacional - Seguridad y Justicia

¿Sirven para algo las sanciones contra Rusia e Irán?

2024-04-26

Rusia también cuenta con puntos de transbordo para mercancías sancionadas, casi sin...

Por | Thomas Kohlmann

DW - Irán ha estado sometido a un régimen de sanciones casi cuatro décadas, y nunca hubo un país tan sancionado como Rusia. El efecto de estas medidas es limitado, aunque no hay muchas alternativas disponibles.

Irán y China lo saben, y aparentemente también Estados Unidos: a pesar de las sanciones que pesan sobre la industria petrolera de la República Islámica, Teherán está enviando cantidades récord de crudo al gigante asiático.

"Si le creemos al gobierno chino, el país no importa petróleo de Irán. Cero. Ni un solo barril. En cambio, importa una gran cantidad desde Malasia, al punto de que, según datos oficiales de las aduanas, China compra a Malasia el doble de lo que ese país produce”, explica en el portal Bloomberg el experto en materias primas Javier Blas.

El truco que convierte en malasio el petróleo iraní es simple, dice Blas, y en él juega un papel central Emiratos Árabes Unidos. Allí se organizan entregas de petróleo y se accede a productos que teóricamente Irán tiene vedados. Es la forma más económica, dicen los expertos, de evadir las sanciones estadounidenses. Y así, como por arte de magia, Malasia se convirtió en el cuarto proveedor de petróleo de China, después de Arabia Saudita, Rusia e Irak.

Punto de transbordo en Asia Central

Rusia también cuenta con puntos de transbordo para mercancías sancionadas, casi sin excepciones. Se pueden conseguir piezas de repuesto para autos alemanes de lujo o componentes electrónicos para armas. Las antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central juegan un importante rol en todo esto. Países como Kazajistán y Kirguistán tienen acuerdos aduaneros con Rusia que hacen del movimiento transfronterizo de mercaderías sancionadas un juego de niños.

Otro ejemplo es Armenia, donde las ventas de automóviles y repuestos alemanes aumentaron el año pasado un sospechoso 1,000 por ciento. Desde que se impuso el decimotercer paquete de sanciones de la UE contra Moscú, Rusia es el país más sancionado del planeta. Pese a ello, el país continúa su guerra de agresión contra Ucrania y su economía está lejos de colapsar.

Sin ir más lejos, el gobierno de Rusia acaba de elevar su previsión de crecimiento para este año del 2,3 al 2,8 por ciento. El Fondo Monetario Internacional (FMI) incluso estima que el crecimiento puede llegar al 3,2 por ciento. Un alto gasto público y las inversiones en la maquinaria de guerra, así como los altos ingresos por las exportaciones de petróleo, impulsan la economía rusa, según el FMI.

Se vienen más sanciones

Entonces, ¿para qué seguir imponiendo sanciones si no logran su objetivo? "Vivimos en la era de las sanciones. Si no se impusieran sanciones, sería como otorgar un apoyo tácito. O como si no hubiera respuesta alguna a este ataque que viola el derecho internacional”, dice a DW Christian von Soest, experto del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA).

Para Von Soest, las sanciones no han provocado un cambio en el comportamiento de Rusia o Irán, pero Estados Unidos y la UE están en un proceso de endurecimiento de las medidas. Según un reporte de Wall Street Journal, Washington prepara sanciones contra varios bancos chinos para excluirlos del sistema financiero mundial. Las autoridades quieren poner fin a la ayuda financiera de Pekín a la producción de armas rusas.

La UE también trabaja para hacer cumplir mejor sus sanciones. Desde enero de 2023 hay un responsable de sanciones, David O'Sullivan. "Su trabajo consiste, por ejemplo, en viajar a estados postsoviéticos cercanos a Rusia y convencerlos de que apliquen las sanciones con más fuerza”, explica von Soest.

"Ahora también existe la llamada 'Cláusula No Rusia', con la que se pretende obligar a los exportadores a demostrar que las mercancías, máquinas, vehículos, piezas de automóviles y demases no lleguen a Rusia”, apunta.

La presión también aumenta en el caso de Emiratos Árabes Unidos. El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), organismo de coordinación creado por el G7, la UE y la OCDE para combatir el lavado de dinero, incluyó a EAU en una lista gris, donde están los países que los investigadores de GAFI consideran de alto riesgo de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo.



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