Reportajes

Atenco, Marcos y Lopez O.

2006-05-09

El control de los macheteros de Atenco -que tanta falta hacía- devolvió al...

Por Salvador Flores Llamas/Notimex

Tras el atencazo del 2002 -las gavillas de Ignacio del Valle, azuzadas por Carlos Imaz y otros perredistas, impidieron construir el aeropuerto- y del fiasco policial en la Siderúrgica de Lázaro Cárdenas, Michoacán, como que quedamos a merced de forajidos, y los líderes obreros alborotadores se creían ya dueños de la situación.

Ya la pensarán dos veces Hernández Juárez y socios, que intentan chantajear al Gobierno Federal, traicionado por el de Michoacán, que le pidió auxilio para meter al orden a los obreros insurrectos de Sicartsa y cuyos policías dispararon contra ellos, con saldo de dos muertos, sin que Cárdenas Batel castigara a los culpables.

Claro que también el gobernador mexiquense Peña Nieto mostró su ineficacia, envuelta en muy buena dosis de demagogia en torno al Estado de Derecho; sólo que al actual secretario de Gobernación, Carlos Abascal no le temblaron las piernitas -como a Santiago Creel en el 2002- y con una estrategia atinada la Policía Federal Preventiva metió en cintura a los rijosos delincuentes.

Aparte de que deben medírsele los pasos al otro incitador visible, el tal Marcos, quien en el Hemiciclo a Juárez pidió respaldo para los macheteros de Atenco, protegido por la policía del DF -según dijo su propio jefe, Joel Ortega- y después, cobardemente escudado en sus múltiples dobles con pasamontaña, apareció allá. El gobierno de Fox ha de ir a fondo y descubrir al o los auténticos cerebros de la conjura.

El éxito de la PFP en Atenco -guay de Peña Nieto si suelta a los culpables, que le entregaron en bandeja de plata- dio así mismo un respiro de optimismo al Gobierno Federal por la eficacia con que demostró puede -no sólo debe- hacer respetar la ley.

Líderes de la UNT, SME, CROC, STUNAM y SNTE que por mera autodefensa dan la cara por Napoleón Gómez Urrutia, habrán de poner sus barbas a remojar, pues su convocatoria a un paro nacional si no cae el secretario del Trabajo, ya ni de petate del muerto sirve, pues difícilmente les harán el caldo gordo los obreros, al comprobar que hay estrategas oficiales capaces de frenar cualquier ruptura del orden.

Es insensato servir de cómplices a quien es acusado de disponer de 55 millones de dólares del Sindicato Minero e incita a la rebelión desde un escondite, se supone que extranjero, a través de un video al estilo Bin Laden, sin el temor de que le echen el guante, al menos pronto; mientras disfruta la fortuna que amasó a costas del sindicato que le heredó su padre, sin haber trabajado un solo día en una mina.

Trascendió que Napo exigió otros 6 millones de dólares para signar el convenio mediante el cual el Grupo Minero México pagó los 55 millones por unas acciones que pertenecían al sindicato, para que se repartieran a los trabajadores, y no para que fueran a engordar las cuentas del depuesto y dirigente prófugo.

Es bien sabido que la fuerza de los líderes obreros se finca en la antidemocracia con que se perpetúan, en la cláusula de exclusión y en no informar sobre las cuantiosas cuotas que cobran a los agremiados, que les permiten forjar fortunas de escándalo.

Esta y no otra es la razón por la que se envuelven en la autonomía sindical, pues vieron que este gobierno -que no admite su complicidad a cambio del voto corporativo obrero, como antes- se ciñe a la ley para reconocer las directivas sindicales, que los obreros pueden cambiar si no les cumplen, con tal que respeten sus estatutos.

Esa fue la razón por la que la STPS otorgó la toma de nota al nuevo comité ejecutivo que los mineros decidieron encabezara Elías Morales Hernández (la STPS no es culpable de que éste también sea pillo) porque ya no aguantaban a Napito.

Por lo demás, los bloqueos callejeros que esos sindicatos montaron el 28 de abril en 42 puntos del DF, tuvieron una asistencia ridícula. La policía del gobierno perredista (que los respalda) contó a lo sumo 22 mil gentes, que con las 50 mil que acudieron al desfile del Día del Trabajo -también según la policía- son insignificantes respecto de los 5 millones de agremiados que presumen tener dichas agrupaciones.

Y vaya si nuestro sindicalismo requiere una buena depuración de liderzuelos Un leve asomo biográfico indica que Francisco Hernández Juárez cumplió el 22 de abril 30 años de haber asaltado el liderato del Sindicato de Telefonistas al grito de no reelección.

Enrique Aguilar Borrego lleva 16 años frente a la Federación de Sindicatos Bancarios, y Agustín Rodríguez (diputado federal del PRD) 12 en el STUNAM, donde también alzó la bandera de la no reelección contra Evaristo Pérez Arreola y Nicolás Olivos Cuéllar.

El devaluado líder de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe tiene 33 años al frente de la Federación de Sindicatos del DF, que heredó a la muerte de Jesús Yurén (uno de los cinco lobitos fundadores de la CTM con Fidel Velázquez).

Fue líder del Senado durante el sexenio de su amigo de camorra López Portillo. Antes había perdido una diputación federal del DF ante el panista Javier Blanco Sánchez, y en 1998 perdió una senaduría a manos de Porfirio Muñoz Ledo.

El presidente del inexistente Congreso del Trabajo, Víctor Flores Morales tiene 11 años en el liderato del Sindicato Ferrocarrilero (casi en extinción) tras destronar al cacique Jorge Peralta, del que fue incondicional.

Concluido su período en el Congreso del Trabajo, en febrero maniobró para ampliar su período, lo que ocasionó una escisión, capitaneada por el dirigente de la CROC y el entonces de los mineros, Gómez Urrutia.

Joel Ayala Almeida, secretario general de la FSTSE desde 1998; terminó el 2000 su período y, como no permitían su reelección, reformó los estatutos y se entronizó de presidente del organismo; lo que provocó se separara el 60 por ciento de los afiliados, que se pasaron otra Federación, encabezada por el SNTE de Elba Esther Gordillo.

Por ningún motivo -y menos ahora que su gobierno se revitalizó al reimplantar el Estado de Derecho en San Salvador Atenco- el presidente Vicente Fox puede aceptar el chantaje de líderes venales que exigen el cese del secretario del Trabajo.

Francisco Javier Salazar Sáenz es un funcionario probo y eficiente, que -con su antecesor, el hoy señor de Bucareli Carlos Abascal- elaboró y negoció la nueva reforma laboral de avanzada, frenada igual que las otras estructurales por una oposición ciega y sectaria que sobrepone sus intereses a los supremos de México.

En Atenco quedó clara la alianza Marcos-Peje, por sus idénticos propósitos de provocar subversión para crear ingobernabilidad y rechazar el resultado electoral. Esto le viene de perlas a López O., máxime ahora que su derrumbe es evidente.

A Marcos lo siguen los grupos pejistas los Panchos Villa, el CGH, de Chapingo, la UNAM y la UAM. Hay diputados perredistas que también incitan a tomar carreteras y pisotear la ley, en abierto desafío al gobierno y desprecio a la población al bloquearle las vías de tránsito.

Tanta belleza no puede ser casual, ¨acaso no obedecerá a un plan preconcebido? (Notimex) (El autor es periodista)



MGM

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