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Tras devastar Bahamas Dorian sigue su curso hacia Florida

2019-09-02

El ojo del huracán permanece casi clavado, justo al norte de la isla de Gran Bahama,...

Pablo Guimón | El País

 Washington.- El Dorian descarga este lunes toda su furia en Bahamas, dejando un devastador rastro de tejados levantados, coches destrozados, vecinos incomunicados, y obligando a los equipos de rescate a permanecer ellos mismos a cubierto hasta que amaine la embestida. El ojo del huracán permanece casi clavado, justo al norte de la isla de Gran Bahama, moviéndose apenas 1,5 kilómetros a la hora hacia la costa estadounidense. Los vientos se han reducido sensiblemente, bajando de categoría 5 a 4, una amenaza aún más que suficiente para mantener la máxima alerta en los Estados de Florida, Georgia y Carolina del Sur donde, a pesar de que no se prevé que el huracán entre en tierra firme, se han dictado órdenes de evacuación que afectan a un millón de personas.

Los vientos han bajado a 255 kilómetros por hora, frente a las velocidades superiores a los 300 kilómetros hora registradas el domingo. Niveles más que suficientes, en cualquier caso, para esperar una marejada ciclónica de hasta siete metros de alto, capaz de inundar amplias zonas de unas islas sin apenas accidentes geográficos que se eleven por encima del nivel del mar.

Las escenas de devastación empezaron a emerger en las islas Ábaco, en el noroeste del archipiélago de Bahamas, donde primero golpeó el Dorian el domingo. Casas medio sumergidas, carreteras inundadas, riadas arrastrando coches, un mar embravecido. A primera hora de la mañana del este lunes, la prensa local informaba de la primera víctima mortal del huracán, un niño de ocho años que, según relató su abuela, se habría ahogado en las riadas de las islas Ábaco. Las autoridades no han confirmado el deceso.

“Recen por nosotros, por favor. Recen por Ábaco. Estamos atrapados. Mi bebé solo tiene cuatro meses”, rogaba una mujer en un vídeo compartido en redes sociales, que mostraba un edificio de viviendas arrasado.

A 200 kilómetros de distancia, la costa suroriental de Estados Unidos permanecía en alerta. A lo largo de 300 kilómetros de la costa de Florida, de Miami a Jacksonville, y de ahí al norte, por toda la costa de Georgia y una buena parte de la de Carolina del Sur, se han dictado órdenes de evacuación que afectan a más de un millón de personas. Al mediodía del lunes, la trayectoria del Dorian empezaba a cambiar de rumbo norte a noroeste, confirmando el viraje que esperaban los pronósticos y que, de consolidarse, podría mantener el ojo del huracán alejado de las costas.

Esto no liberaría a las zonas costeras de fuertes vientos, lluvias y marejadas. Buena parte de la costa oriental de Florida, además, es muy vulnerable a subidas del nivel del mar producidas por los vientos huracanados. Pero la devastación no sería tan grande como la que produciría un desvío hacia el oeste que introdujera al Dorian en tierra firme. Algo que tampoco se podía aún descartar ayer. “No podemos enfatizar los suficiente que solo una pequeña desviación a la izquierda de nuestro pronóstico podría traer el ojo del extremadamente peligroso huracán a tierra en la costa este de Florida”, explicaba por la mañana un experto del Centro Nacional de Huracanes, con sede en Miami.



Jamileth