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Habitantes de Europa central y occidental descienden de Rusia

2015-03-02

Boston/Jena, 2 mar (dpa) - Los actuales habitantes de Europa central y occidental descienden en considerable medida de un grupo de antepasados que entre el Mesolítico y el Neolítico y después, en la Edad de Bronce, emigraron desde el sur de la actual Rusia, según una investigación que publica la revista "Nature".

El equipo internacional de expertos liderado por David Reich, del Harvard Medical School de Boston, se basa en los análisis genéticos de 94 hombres prehistóricos que vivieron entre hace 3,000 y 8,000 años, principalmente en la actual Alemania, pero también en Hungría, Suecia, España y Rusia.

"Hemos desarrollado una nueva técnica que nos permite aislar la parte del genoma que contiene mayor información sobre la historia de la humanidad, y hemos secuenciado sólo esa parte", señala Reich en un comunicado la sociedad Max Planck, que también participa en la investigación.

Los investigadores se basan principalmente en los resultados de dos grandes olas migratorias. Así, los cazadores-recolectores de Europa central y occidental fueron desplazados parcialmente hace unos 7,500 años por la llegada de los primeros agricultores, en cuyas sociedades se integraron.

Desde el punto de vista genético, estos primeros migrantes son sorprendentemente similares, afirman los expertos. "Los primeros agricultores de España, Alemania y Hungría son casi idénticos genéticamente, lo que indica un origen común en el este", señala Wolfgang Haak, de la universidad australiana de Adelaide.

Al contrario de lo que se pensaba hasta ahora, la investigación apunta que las lenguas indoeuropeas no llegaron con esta gran ola migratoria, sino con la siguiente, que tuvo lugar hace unos 4,500 años. Los migrantes procedían de la cultura yamna, en la región que actualmente ocupa el sur de Rusia.

Además de los cazadores-recolectores originarios y los primeros agricultores, estos ganaderos de las estepas eurasiáticas constituyen el tercer grupo identificado por los investigadores. "Este tercer componente se apreciaba en todos los individuos de menos de 4,500 años y en ninguno de los de épocas anteriores oriundo de Europa central", afirma el coautor Iosif Lazaridis, del Harvard Medical School.

"En Alemania, este tercer componente genético aparece en los artesanos de la cerámica cordada de la transición entre el Neolítico y la Edad del Bronce", señala Haak. En la región actual germana de Sajonia-Anhalt, la coincidencia genética con la cultura yamna es del 75 por ciento, algo sorprendente teniendo en cuenta que ambos territorios distaban 2,600 kilómetros entre sí, añade Lazaridis.

"Los resultados sugieren que los artesanos de la cerámica cordada no sólo estaban genéticamente muy vinculados a los pastores de la estepa, sino que además tenían una lengua similar", dice el experto. No obstante, añade Reich con precaución, los resultados de su estudio sólo "cuestionan la teoría de la expansión del idioma vinculada a la migración de los primeros agricultores".

La familia de lenguas indoeuropeas es la mayor del mundo en número de hablantes y a ella pertenecen desde las lenguas románicas a las germánicas o las indoiranias.



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