Internacional - Política

Rafael Correa busca la reelección indefinida

2014-08-19

Correa, de 51 años, mantiene su popularidad tras siete años en el poder y seguramente...

Mercedes Álvaro y Dan Molinski, The Wall Street Journal

QUITO—El presidente Rafael Correa, en discursos y entrevistas televisadas, asegura a sus seguidores que no querría más en la vida que retirarse al final de su presente mandato.

"Lo más fácil, lo mejor sería retirarme en el 2017, de acuerdo a la población como uno de los mejores presidentes de la historia", dijo Correa en una entrevista reciente en televisión.

Sin embargo, Correa, para cuyos detractores es un líder semi autoritario que controla todos los niveles de poder, tiene otros planes. La Corte Constitucional del Ecuador, cuyos jueces están aliados con el presidente, evalúa en estos momentos una propuesta del partido oficialista Alianza País para permitir la reelección indefinida de todas las autoridades elegidas. Se prevé que en los próximos días los jueces envíen su propuesta al Congreso, donde Alianza País tiene una mayoría sólida, y que los legisladores aprueben el proyecto de ley el próximo año.

Correa, de 51 años, mantiene su popularidad tras siete años en el poder y seguramente ganaría una cuarta elección presidencial en 2017 para permanecer en el cargo por varios años más, creen los analistas y figuras de la oposición. Apoyado por los altos precios del petróleo, Correa ha canalizado dinero hacia programas de educación y carreteras, lo que le ha ganado altos índices de aprobación. Al mismo tiempo, el presidente es duramente criticado por grupos pro derechos humanos y defensores de la libertad de prensa por intentar silenciar a sus críticos.

"El anhelo de todo autócrata es permanecer en el poder de por vida y ese fue el plan de Correa desde el principio", dijo el ex presidente ecuatoriano Osvaldo Hurtado.

Correa no pudo ser contactado para ofrecer sus comentarios. Mariana Bravo, una asesora que coordina sus entrevistas, dijo que no estaba disponible, y Fernando Alvarado, el secretario nacional de comunicación, no pudo ser contactado.

En discursos, Correa ha rechazado acusaciones de que está pisoteando la democracia de Ecuador y, por el contrario, sostiene que la población no debería ser privada de su voluntad democrática. Extender su presidencia, dice, estropearía los planes de sus detractores para poner fin a su llamada Revolución Ciudadana, que intenta transformar este país de 16 millones de habitantes.

"Mi posición sincera siempre fue contraria a la reelección, pero después de una profunda reflexión y teniendo claro que algunas veces solo puede elegirse el mal menor, he decidido apoyar estas iniciativas", dijo Correa en un mensaje a la nación en mayo.

Audaz, carismático y abiertamente opuesto a la política extranjera de EE.UU., Correa es visto por algunos como el sucesor natural del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, quien murió de cáncer el año pasado. Correa ha derrotado a sus oponentes en las urnas, como lo hizo Chávez. Enfrentado a una débil oposición, se ha convertido en un fenómeno en Ecuador, un país crónicamente inestable hasta que él llegó al poder.

Los aliados de Correa en América Latina —políticos que integran la vanguardia de lo que llaman Socialismo del Siglo XXI— también han extendido sus presidencias. Chávez lo hizo cuando los votantes abolieron los límites a los mandatos presidenciales en 2009. El Congreso nicaragüense aprobó en enero una ley que le permite al presidente Daniel Ortega, elegido en 2007, buscar la reelección de manera indefinida. En Bolivia, el presidente Evo Morales también está planeando quedarse en el poder más allá de su actual mandato, y busca un tercer periodo en las elecciones en octubre, tras recibir la venia del Tribunal Supremo de Justicia.

"Con el juez, las cortes y todos los jugadores a su favor los líderes del denominado Socialismo del Siglo XXI están imponiendo regímenes autoritarios, respaldados por los votos de sus propios ciudadanos y están minando la democracia", dijo Antonio Rodríguez Vicens, un abogado constitucionalista en Quito.

La propuesta de permitir la reelección indefinida en Ecuador depende ahora de la Corte Constitucional, que debe decidir si es necesario un referéndum para cambiar la ley o si debe decidirse por el voto del Congreso. Analistas políticos señalan que hay pocas dudas de que la corte, que favorece a Correa y el partido oficialista, enviará la medida al Congreso. Con 100 de 137 legisladores en el partido oficialista, dicen los analistas, es casi seguro que el Congreso apruebe la reelección indefinida en algún punto del próximo año.

"Si el país marcha adecuadamente, por qué no abrir la posibilidad de continuar, sea con Correa o no", preguntó Miguel Carvajal, un congresista de Alianza País. "Los logros son del presidente, de su equipo y de su pueblo".

El hombre que será presidente por muchos años más es, en muchas formas, un estudio en contradicciones.

La embajada de su país en Londres le ha ofrecido refugio al fundador de WikiLeaks, Julian Assange, a la vez que grupos de libertad de prensa indican que persigue a los medios de su país. Correa profesa la ayuda a los pobres y marginados, pero indígenas protestan que su gobierno ha abierto tierras tribales a la exploración de petróleo.

Correa, con su fuerte retórica anticapitalista, también perturba a los empresarios.

En junio, sin embargo, Ecuador volvió con éxito a los mercados de capital internacionales al vender US$2.000 millones en bonos a 10 años, apenas seis años después de que el país se declaró en cesación de pagos. La producción económica también ha crecido a un promedio de 4,3% anual desde que Correa asumió el poder en 2007 mientras que las economías de sus aliados Argentina y Venezuela se han replegado.

Víctor Navas, propietario de una fábrica, dijo que el gobierno exige que las plantas ecuatorianas compren o produzcan más maquinaria y partes producidas en el país, en lugar de importar. Al mismo tiempo, el gobierno ofrece ciertos incentivos tributarios o descuentos fiscales para compensar las regulaciones que pueden ser muy costosas, dijo.

Correa también ha dirigido ingresos del petróleo y préstamos del gobierno chino para construir carreteras, puentes y proyectos de transporte público, inversiones bienvenidas por la comunidad empresarial de Ecuador.

"A diferencia de Chávez, sabe la importancia de la infraestructura, carreteras y colegios y Ecuador ha visto una gran mejoría en estas áreas", dijo Michael Shifter del Diálogo Interamericano, un centro de estudios en Washington.

Aún más controversial han sido sus relaciones con grupos de la prensa y la sociedad civil. El año pasado, sus simpatizantes pasaron una ley de comunicaciones que impone cargos penales si medios no informan las noticias de la forma en que los reguladores las consideran justas y balanceadas.

El año pasado, el gobierno anunció nuevas restricciones a grupos de sociedad civil que, según los activistas, amenazan su trabajo. Pachamama, una organización ecologista que defiende a las comunidades indígenas, fue cerrada después de ser acusada de instigar protestas.

"Es un mensaje de que no apoyan a los pueblos indígenas, para tener libertad para entrar a nuestros territorios para desarrollar minas y actividades extractivas", dijo Patricia Gualinga, líder indígena de la comunidad Kichwa.

Esas críticas, sin embargo, han hecho poco para minar la popularidad de Correa, que llega a 61%, según la encuesta más reciente de Cedatos-Gallup, publicada en junio.

Correa tiene un programa de televisión en el que es la atracción estelar. Canta canciones folclóricas, ordena a sus ministros a resolver problemas y critica a la prensa, fascinando a sus partidarios. La pobreza ha caído de 38% a 26%, a medida que ha transferido dinero a programas sociales y de salud.

"El presidente nos ha ayudado mucho", dijo Mariana Narváez, una ama de casa de 66 años que recibió una operación gratis para problemas de visión. "Si él es candidato nuevamente, por supuesto yo votaré por él".



ROW
Utilidades Para Usted de El Periódico de México