Religión
El Buen Ladrón, el primer santo de la historia
Por Redacción
MADRID, 18 de abril de 2014 (Zenit.org) - El Buen Ladrón, conocido como san Dimas, fue el primer santo de la historia de la Iglesia. Crucificado a la derecha de Jesucristo, le reconoció como Hijo de Dios: "Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino". Así, obtuvo del Señor una promesa que no hizo a nadie más: "Hoy estarás conmigo en el Paraíso".
La editorial Voz de Papel publica el primer libro sobre este fascinante y fugaz personaje de los Evangelios: "El Buen Ladrón. Misterio de Misericordia", del sacerdote canadiense André Daigneault, que contiene la mayor documentación jamás reunida sobre lo que han escrito de él los Padres de la Iglesia, los papas y los santos.
San Dimas representa el gran ejemplo espiritual de que la conversión es obra gratuita de Dios. Llegó a la Cruz como un delincuente merecedor del más horrible castigo de la época, y al principio también insultó a Jesús. Pero la aceptación de su condena, la defensa de la inocencia de Jesús y su audaz petición le sirvieron para ser rescatado. Fue la primera persona que llegó al cielo, antes que todos los grandes hombres buenos, patriarcas y profetas del Antiguo Testamento.
Durante siglos, los Padres de la Iglesia, la liturgia y el pueblo celebraron a san Dimas, pero su devoción disminuyó. Ahora renace como imagen viva de la misericordia de Dios y de esas "periferias existenciales" de las que habla el papa Francisco. El Buen Ladrón puede ser el prototipo y protector de los hombres que se encuentran perdidos, de los excluidos, de los heridos por la vida, de todos los que sufren. En este sentido, su testimonio es de una actualidad excepcional. Se trata de un criminal que es rescatado en el último minuto por el Amor.
ROW
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