Detenidos y autobuses dañados en huelga de Panamá

PANAMA (AP) — Varios detenidos y decenas de autobuses apedreados dejaron los incidentes registrados el jueves durante una huelga impulsada por un grupo de operadores del nuevo sistema de transporte público en la capital panameña que demandan aumentos salariales.

"No fue efectivo", admitió en rueda de prensa Inocente Guerra, dirigente del grupo de conductores del Metrobus que propició la paralización, la cual fue calificada de ilegal por las autoridades y que careció del respaldo del sindicato de la empresa que opera ese servicio.

El paro, que había sido convocado de forma indefinida y que preocupó a los miles de usuarios metropolitanos, fue levantado en horas de la mañana. Guerra dijo que seguirán reclamando a la empresa operadora el alza en sus salarios a través de otros medios.

Los operadores exigen que su salario mensual de 580 dólares se incremente a 800 dólares, pero la empresa Mibus asegura que no tiene aumentos contemplados para 2013 y resalta el bono de 100 dólares que otorga a los conductores en concepto de productividad.

El gobierno dijo que un pequeño grupo de operadores apoyó el paro y que la mayoría salió a prestar el servicio.

Temprano se registraron protestas y enfrentamientos entre un grupo de conductores y policías antimotines que custodiaban un patio de autobuses en la periferia norte de la capital. En los incidentes se detuvo a varios operadores, denunció Guerra.

Mibus aseguró que algo más de 20 autobuses sufrieron daños.

Mibus, operada por una empresa de transporte masivo de Colombia, ha contratado a algo más de 3.000 conductores y puesto en la calle alrededor de 1.000 autobuses hasta el momento para atender a más de medio millón de usuarios en la capital.

Los nuevos autobuses han reemplazado gradualmente los llamados "Diablos Rojos" que fueron utilizados como vehículos colegiales en Estados Unidos. Los panameños consideran, empero, que el Metrobus no ha resuelto las antiguas deficiencias del transporte en la capital y se quejan de que el nuevo sistema no coloca suficientes unidades en sectores de gran población y demanda, al tiempo que demora sus frecuencias de recorrido.

"Hay que madrugar, hacer largas filas por horas para tomar un metrobus", se quejó la usuaria Carmen Rodríguez, una vendedora en un almacén de 40 años que reside en las afueras de la capital. "Nuestra pesadilla continúa, con paro o no", añadió.

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