Curiosidades

Marruecos, en guerra contra el tabaco que se fuma con pipa de agua, "shisha"

2010-08-12

El producto que se fuma con estas pipas perseguidas es el llamado tabamel, una mezcla de tabaco y...

Laura Casielles, EFE

Rabat.- Los cafés en los que se solía fumar "shisha" en Rabat han ido colgando en los últimos meses el cartel de cerrado, tras una campaña gubernamental que ha declarado una guerra sin cuartel a esta pipa de agua importada de Oriente Medio.

El ministro del Interior del país, Taib Cherkaui, prometió recientemente, tras ser interpelado al respecto en el Parlamento por los representantes del islamista Partido Justicia y Desarrollo, activar una ley de 1991 sobre el consumo de tabaco en lugares públicos para acabar con estas pipas de agua.

Las consecuencias se dejan sentir en la ciudad: los lugares que los rabatíes señalaban como los más tradicionales para fumar "shisha" aparecen hoy clausurados por la policía, y consumir esta clase de tabaco se ha convertido en una afición que puede llevar a comisaría.

Aunque las razones oficiales de la campaña se refieren en general a los riesgos para la salud que comporta su consumo, el propio ministro indicó en su intervención parlamentaria que la decisión "se justifica porque su consumo está a menudo acompañado de comportamientos que atentan contra la moral y la salud pública".

Esta misma semana, la policía cerró un café en Casablanca y detuvo a su dueño y a ocho clientes que se encontraban en el local, entre los que se cuentan chicas menores de edad, según recogió el diario "Al Masae".

Los delitos que se imputan a los detenidos son "preparar y gestionar un local que facilita la prostitución" y "traficar con shisha sin autorización".

"No lo hacen por la "shisha", sino porque en esos lugares, muy frecuentados por gente de los países del Golfo,suele haber prostitutas, y eso es lo que crea un problema social", explica Jaled, un cliente habitual de estos cafés, que solían encontrarse abiertos hasta tarde en las grandes arterias de las ciudades.

Sin embargo, la vida de proscrita no empezó para la "shisha" con el discurso parlamentario de Cherkaui: en algunas ciudades marroquíes, los consumidores ya saben desde hace años que pueden ser objeto de redadas y detenciones.

Aunque no existe ninguna ley que prohíba expresamente el consumo de narguile (pipa de agua), las autoridades actúan contra este fenómeno dentro del marco de la ley de 1991 mencionada por el ministro, que deja a las provincias libertad para decretar las medidas que consideren convenientes en cuanto al consumo de tabaco en lugares públicos.

En Casablanca, por ejemplo, donde la "shisha" es más habitual en el paisaje de los cafés que en otras ciudades como Rabat, las fuerzas del orden se basan en un decreto de la "wilaya" (gobierno regional) de septiembre de 2004 que prohibía el consumo de narguile en lugares públicos para efectuar redadas regulares.

Así, dentro de esta campaña, en 2009, 667 personas fueron arrestadas, se confiscaron 783 narguiles y 241 cafés fueron cerrados, según datos del Ministerio.

Sus responsables celebran la buena marcha de la campaña y señalan que desde el comienzo de 2010 se registran muchos menos de estos cafés en funcionamiento, algo que, a su entender, se refleja en que se han producido "no más de 70 detenciones y 46 confiscaciones".

Sin embargo, para Nafia, consumidor habitual, esas medidas no suponen un cambio drástico, ya que, según señala, "aunque se cierran muchos cafés siempre se abren otros más".

Aunque ha vivido varias redadas, asegura que "no hay un verdadero control: la policía sólo llega, toma los datos, y la situación puede solucionarse con un poco de dinero", si bien admite que, dadas las complicaciones, ha optado finalmente por comprar su propia "shisha" para fumar en casa y ya sólo va al café "de vez en cuando".

El producto que se fuma con estas pipas perseguidas es el llamado tabamel, una mezcla de tabaco y melaza por cuyo gusto suave los consumidores suelen pensar que es menos peligroso para la salud, al creer también que al pasar por el agua, el humo se limpia de algunos de sus componentes nocivos.

Sin embargo, un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud en 2008 advertía específicamente de que el tabamel comporta tantos riesgos sanitarios como cualquier otro tipo de tabaco y además suma a los problemas respiratorios y cardíacos el riesgo de enfermedades infecciosas, por la tradición de compartir la boquilla.

Salud y orden público se alían así como los dos pilares en los que Marruecos apoya su particular cruzada contra la "shisha", con la que poco a poco la presencia de los narguiles va quedando reducida a las tiendas para los turistas, que siguen, ellos sí, llevándose a casa a modo de recuerdo esta tradición ahora clandestina.



EEM

Notas Relacionadas



Utilidades Para Usted de El Periódico de México