Curiosidades

Los diamantes de Yakutia: el tesoro mejor guardado de Siberia

2006-09-25

Por Lucie Godeau

MIRNY, Rusia,   (AFP) - La ciudad de Mirny, en Yakutia (Siberia oriental), con sus 40.000 habitantes al borde del gigantesco cráter de la mina de diamantes Mir, ha estado por mucho tiempo fuera de los mapas, ya que Rusia no quería exhibir una industria que sigue protegiendo celosamente.

Ha sido siempre difícil para los extranjeros acercarse a esta ciudad de barracas de madera y pequeños edificios, sin ser oficialmente invitados por Alrosa, el segundo productor mundial de diamantes, controlado por el Estado.

El turismo en esta república, la más vasta de Rusia, con un invierno que dura nueve meses y temperaturas que pueden alcanzar -60°, es considerado como una coartada sospechosa por las autoridades locales.

Los extranjeros que se aventuran sin autorización son sospechosos de interesarse demasiado en los diamantes y son interrogados por el FSB (ex KGB) y corren el riesgo de ser expulsados.

Yakutia, una región tan grande como la India, con tres millones de km2, la mitad de ellos cerca del círculo polar, es rica en kimberlitas, chimeneas volcánicas verticales, donde se formaron los diamantes hace millones de años.

"Hace 50 años se descubrió el primer yacimiento de diamantes en Yakutia y desde entonces la extracción se ha desarrollado rápidamente", explica Alexandre Nichiporuk, presidente de Alrosa, que tiene grandes ambiciones para su empresa.

Mir (Paz), primer yacimiento de este tipo, explotado desde 1958, fué por mucho tiempo el orgullo de Rusia. Esta gigantesca cantera, de 1,3 km de profundidad y con diámetro de más de 500 m ha liberado de sus entrañas más de 17.000 millones de dólares en diamantes.

Este cráter de paredes grises, lleno de un agua verde clara, está abandonado desde 2001, ya que las limitaciones técnicas no permiten más la explotación a cielo abierto, pero el yacimiento espera una segunda vida con la apertura de una mina subterránea, en 2009.

A un kilometro de allí, la mina Internatsionalny es ya explotada con esta técnica. Unos 870 mineros se turnan para extraer 24 horas al día el precioso mineral gris verde, transportado por camiones de 100 toneladas cada uno, hacia un complejo que extrae los diamantes de la roca.

Una vez liberados, los diamantes brutos son seleccionados en un laboratorio de Alrosa protegido con puertas blindadas. Los más pequeños son exportados a India y los más grandes, en su mayoría, hacia Anvers, gran escala del negocio del diamante, antes de ser talladas y enviadas a las joyerías.

Al fondo de una galería, a 700 m bajo tierra, Alexandre Vassilievich, el ingeniero jefe, da ordenes a sus hombres. Bajo su casco blanco, su mirada aprecia "los medios técnicos más modernos y la informática", que no existían cuando entró en la compañía, hace 30 años.

Pero el olor de gas es omnipresente y le recuerda que "esta mina no es menos peligrosa que las minas de carbón de Kuzbass", donde él trabajaba antes.

Pese a las condiciones difíciles y al clima extremo, las minas de diamantes atraen a mucha gente con sus salarios de unos 30.000 rublos (1.071 dólares).

Pero Mirny, con sus carreteras descuidadas y sus viejas barracas, se ha beneficiado poco hasta ahora de esta riqueza, con excepción de algunos edificios con brillantes colores, entre ellos las oficinas de la compañía, y un sanatorio, obsequio de Alrosa.

Actualmente, Alexandre Kissichin presente la mina Internatsionalny, que él dirige, como el yacimiento "más rico de Rusia". Pero no dirá a cuantos carates corresponde esa frase. "Es un secreto de Estado, según la ley rusa", dice sonriendo.



ROW

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