Internacional - Política

Berlusconi, eterno sobreviviente, parece resurgir en Italia

2008-04-10

ROMA (AP) - A los 71 años, Silvio Berlusconi ostenta los rastros de la cirugía plástica y oculta un marcapasos. Se ha visto acosado por juicios penales, acusaciones sobre conflictos de interés y descuidos notables. Durante dos períodos como primer ministro, desoyó la opinión de los italianos enviando soldados a Irak y aprobando leyes que, según los críticos, lo salvaban de ir a la cárcel.

Pero así y todo, mientras sus colegas políticos Tony Blair y George W. Bush se preguntan insistentemente cómo los juzgará la historia, el desbordante multimillonario parece estar al borde de un retorno político en las elecciones generales del domingo y lunes.

¿Cómo es posible?

Más allá de su carisma y dominio escénico, el cantante de cruceros de turismo convertido en magnate de los medios de comunicación y luego en político nacional repercute emocionalmente en muchos italianos porque encarna la imagen misma de sus propias aspiraciones, debilidades, pasiones y defectos.

Loco por el fútbol en un país que ama ese deporte, del que es monarca mundial, Berlusconi compró el club Milan y lo convirtió en uno de los equipos más exitosos del mundo. Su vida matrimonial se ha visto reflejada con pasión en la prensa nacional.

Y si la habilidad para eludir las reglas equivale a un arte nacional en Italia, Berlusconi es el maestro.

Los italianos ordinarios se identifican con su encanto franco y admiran su estilo de vida.

"El habla un idioma diferente, mucho más comprensible y accesible", opinó el profesor John Harper, en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados John Hopkins en Bologna. "Es un comunicador talentoso, un demagogo consumado, tiene extraordinarias habilidades personales, sentido del humor", dice Harper. "Por eso creo que la gente lo ve como un antipolítico".

Su plataforma _una mezcla de rebajas de impuestos y fuertes inversiones que no difiere mucho de la de su rival Walter Veltroni_ ha pasado a segundo plano.

En vez de despertar envidia, su éxito es considerado por muchos italianos como un ideal que merece el esfuerzo. Puede que ya no sea el hombre más rico de Italia _quedó en tercer puesto en la lista de la revista Forbes_ pero sigue siendo el empresario que creó un imperio mediático de 9.400 millones de dólares.

Berlusconi está orgulloso de su riqueza y no teme ostentarla. Ofrece recepciones a los poderosos del mundo en lujosas residencias en la Costa Esmeralda de Cerdeña, alquila yates de lujo para hacer campaña, y se va a su mansión en Bermuda para las vacaciones.

Sostiene que si ha podido construir un gran negocio también es capaz de construir un gran país, y muestra desdén por los políticos de carrera, una pose popular en un país que muestra poco respeto por sus líderes, sin importar que él mismo haya sido político durante quince años.

"Muchos italianos ven a Berlusconi como alguien ejecutivo, alguien que no proviene de la política, que se hizo a sí mismo, que creó un imperio financiero y que por lo tanto tiene la experiencia, la capacidad, el ánimo y la energía para levantar este país", comentó Pietro Grilli di Cortona, profesor de ciencias políticas en la universidad Roma Tre.



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