Salud

El único remedio contra la borrachera es no tomar alcohol

2008-03-24

Pero al ser una sustancia adictiva, el alcohol se enraiza en el gusto de las personas y las comidas...

* Los antídotos para evitarla son sólo mitos: especialistas

* Mueren en al año 28 mil mexicanos por alcoholismo

México, (Notimex).- Existen muchos mitos para prevenir la borrachera y en consecuencia la cruda, pero contra el alcohol no hay más remedio que evitarlo, pues no existe sustancia alguna que inhiba sus efectos, y es el hígado el órgano encargado de eliminarlo.

El alcohol es una de las sustancias permitidas más adictivas, que durante la historia de la humanidad se ubica como centro de la diversión, de los rituales, de los placeres que pueden combinarse con otros.

Hay quienes lo consideran como una bebida terapéutica, pero como todo "en exceso se vuelve vicio", al abuso en el consumo de ese producto es nocivo para la salud y puede ser mortal.

Para la mayoría de la población el bebedor social es una persona alegre, pero existen países y comunidades en que el alcoholismo se ha convertido en un problema de salud pública.

Alemania es una de las naciones con mayor consumo per cápita de cerveza, con 112.5 litros anuales por persona. En México la ingesta de bebidas alcohólicas es de 5.2 litros al año, mientras que el índice de mortalidad por alcoholismo es de 28 mil personas en ese mismo lapso, informó el investigador Juan Guillermo Cornejo.

Según José Luis Silencio Barrita, investigador del Departamento de Ciencias y Tecnología de los Alimentos del Instituto Nacional de Nutrición Salvador Zubirán de la Secretaría de Salud (SSA), no hay forma de evitar la borrachera cuando se ingiere alcohol.

La resistencia de una persona frente a las copas de vino depende, más que de una técnica específica o un antídoto, de las condiciones físicas de la persona, pues entre mejor alimentada esté, su hígado metabolizará mejor las cantidades de alcohol que ingiera.

En el ambiente cantinero existen infinidad de recetas y recomendaciones, pero sostuvo que ninguna de ellas sirve.

Entre ellas se recomienda beber leche antes de un trago, una cucharada de aceite entre copa y copa o tomar agua alternada con el alcohol, pero el cuerpo humano siempre absorberá esta última sustancia y otras que son las más difíciles de metabolizar, expuso.

A su parecer, lo mejor es consumir bebidas bien destiladas, "aunque desafortunadamente los mejores alcoholes, las bebidas mejor destiladas son las más finas y las más caras; sin embargo, también los vinos de mesa son los más recomendables para evitar la resaca".

Detalló que el alcohol es una fuente importante de calorías vacías es decir, que no vienen acompañadas por proteínas, vitaminas y minerales, las cuales sólo ayudan a mantener la euforia de los bebedores cuyo sistema nervioso se ve afectado.

Para poder beber con un incremento en el tiempo de convivencia sin emborracharse, es recomendable beber vinos de mesa que se acompañan con los alimentos, además de comer mientras se ingiere alcohol.

Un estudio del sitio de Internet www.entornomedico.org señala que el alcohol proporciona siete calorías por gramo, que equivale a casi el doble de proteínas o carbohidratos, pues lo normal en los alimentos es de cuatro por gramo, y sólo un poco menos que las grasas y los aceites, que ofrecen nueve calorías por gramo.

El cuerpo quema el alcohol de una manera similar a las grasas, por lo que se estima que el hígado puede procesarlo a razón de siete gramos por hora y no existe método alguno para acelerar ese proceso metabólico.

Por eso las borracheras en un periodo prolongado pueden dar como resultado presión sanguínea elevada y niveles altos de colesterol, que son problemas generalmente vinculados con la ingesta excesiva de grasas.

Lejos de la idea de que un buen bebedor tiene experiencia y por eso aguanta más, la realidad es que entre más se bebe el hígado se reduce y sus facultades se limitan; la cirrosis hepática no es más que la reducción del tamaño de ese órgano hasta que pierde su capacidad metabólica.

En cada cantina hay borrachos con experiencia que aseguran ser los más aguantadores, pero sólo platican para ver quién les invita un trago, pues bien dicen que "a la gorra no hay quien le corra".

La experiencia de uno de los cantineros consultados por Notimex es clara. Don Javi, barman de una cantina del norte de la ciudad de México, asegura que "nosotros aquí hemos visto cómo el alcohol se acaba a la gente, pero por más que sufren no dejan de tomar".

Llega el momento en que no se sabe cómo reaccionará un borracho. "A veces toman del cachondo y se sienten galanes, a cualquier mujer que ven la quieren conquistar; otra veces toman del chillón y se ponen a llorar sin motivo aparente. Hay quienes toman del valiente y a la segunda echan bronca al primero que entra", relató.

En su opinión, los borrachos "cada día se vuelven más baratos" porque en la medida en que el alcoholismo se recrudece, el individuo adquiere bebidas más económicas. "Llega el momento en que solamente aguantan dos copas y ya están borrachos; llegan a curársela y cuando menos piensan ya están ebrios", relata.

Estudios médicos revelan que el alcohol tiene efectos en prácticamente todos los órganos vitales del cuerpo y por ello es que en el cerebro se afecta la región frontal que disminuye la memoria, la capacidad de concentración y el autocontrol, por lo que puede presentarse un desborde emocional.

El alcohol es un diurético infalible. Al bebedor lo primero que le falla es el riñón y empieza a ir al baño en repetidas ocasiones, lo que genera una deshidratación que hace más severos los efectos de la cruda.

Cómase lo que se coma, antes o después, los investigadores aseguran que no hay forma de evitar que se suba el alcohol a la cabeza, contrario a la sugerencia de tomar un par de yemas crudas antes de empezar a libar, según Filemón Urbina, un anciano asiduo a una cantina del Centro Histórico capitalino.

Hay quienes aconsejan un aperitivo, sobre todo para los mayores de 40 años, quienes deben tomar una copa de vino de mesa a fin de estimular el aparato digestivo que comienza a liberar los jugos gástricos y los ácidos que ayudan a procesar los alimentos.

Pero al ser una sustancia adictiva, el alcohol se enraiza en el gusto de las personas y las comidas se transforman en borracheras, pues las defensas del cuerpo se debilitan, así como la capacidad del organismo para eliminar las toxinas.



LLG

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